domingo, 22 de enero de 2017

JAPÓN - Guía práctica por Tokyo.


Quise hacer este post sin ánimos de que mi blog (medio abandonado) se convierta en un blog de viajes. Es un blog de lo que se me canta, básicamente.
Quiero dejar acá sensaciones y cosas que pude hacer en mi viaje a Japón en Diciembre. Un país mágico y que si tienen la oportunidad, no duden en ir.



Vamos a lo práctico:

Cómo ir.
Los pasajes a Japón desde Buenos Aires son caros pero pueden buscarse alternativas económicas. En mi caso tuve que buscar una que no sea vía Estados Unidos (no hay vuelos directos desde acá) porque mi marido no tenía visa y tampoco le interesaba sacarla, por ende había que hacer escala en otro lado. Como todos los vuelos "económicos", los encontré buscando. Buscando y probando fechas distintas en distintos buscadores (usé mucho Expedia y Skycanner), para después pasar las fechas a un buscador local (como almundo o despegar) y, si el precio no se modificaba tanto sacarlo por ahí para tener la posibilidad de sacarlo en cuotas. Ahí conseguí un vuelo por la aerolínea Etihad Airways que iba a Tokyo haciendo escala previa en Sao Pablo y en Abu Dhabi. En Brasil eran 10 horas, en Abu Dhabi 1 y media, a la vuelta era un poco menos pero en general eran 30 horas de viaje. Era obvio, estoy acostumbrada a viajar un montón en vuelos y escalas largas pero el precio valía la pena: $16.500 (pesos argentinos) por persona, en 12 cuotas sin interés. Lo pensé lo pensé y saqué. El vuelo de acá a Brasil era por Aerolíneas Argentinas, desde Sao Pablo y el resto de los tramos por Etihad. El servicio es de 10, los aviones son cómodos. La comida está buenísima (sobre todo el tramo Abu Dhabi-Tokyo, donde había un menú japonés que te hacía ir "entrando en clima"), y te dan como una bolsita con medias, antifaz, tapones para los oídos y cepillo de dientes, nada mal para clase económica (en Latam por ejemplo te dan un necesser con las mismas cosas sólo en business). Lo único malo es que tenían poca cantidad de películas para ver en vuelo en español, pero como me empastillé y dormí todos los tramos, nada grave. Tengan en cuenta que de Sao Pablo a Abu Dhabi hay como 14 horas de viaje entre cambios de horario y demás así que si no son de dormir cuando vuelan, les recomiendo que hagan algo parecido. El aeropuerto de Abu Dhabi daba un toque de miedo con todos tapados andando por ahí y cuando pasabas para que te revisen el equipaje de mano eran bastante mala onda, pero más allá de eso, todo bien.

Cuando ya tenés los pasajes lo mejor es decidir si te vas a quedar sólo en Tokyo o si vas a recorrer otras ciudades. Yo lo que hice fue reservar un departamento por Airbnb base en Tokyo, muy barato en la zona de Shibuya. Les recomiendo mucho esta zona porque es como una especie de Times Square de Tokyo, donde hay muchos restaurantes abiertos hasta tarde (ojo con eso, hay algunos que cierran muy temprano), muchos locales para comprar ropa y boludeces y muchos medios de transporte copados, subte y tren.
Del aeropuerto al depto me tomé el Airport Limousine hasta el punto que vi que quedaba más cerca de mi Airbnb, que era el Hotel Shibuya Excel. Es un bus que pasa por hoteles y va levantando pasajeros, es una opción más económica que el taxi.

Si planean moverse por Japón les recomiendo el JR Pass. Son pases de 7 días o más que pueden usar para ir por tren bala por distintas ciudades y por el metro circular de Tokyo (que recorre casi todo). Se activa allá y se puede usar los 7 días consecutivos. Conviene por el precio, sólo si te vas a mover fuera de Tokyo. Sino no.

En mi caso, sólo estuvimos una noche fuera de Tokyo e hicimos: TOKYO - KYOTO, noche KYOTO y al día siguiente bien temprano fuimos a Hiroshima. De ahí volvimos directamente a Tokyo.
¿Me quedaron cosas por ver?: Obvio, un día en Kyoto es muy poco, pero lo que aprendí es que uno no puede ver TODO, pero es importante disfrutar lo que llegas a ver.

Solamente Tokyo no te dan los ojos para ver todo. Mucha info por todos lados, las callecitas, la gente, todo llama la atención. Voy a dejarles algunos lugares/tips que me sirvió saber que capaz no había encontrado en otro lado, obvio que hay cosas que ya están online por eso quiero ser lo más específica posible:
Cruce de Shibuya

WIFI Móvil: El depto de Airbnb venía con wifi portátil que te podías llevar y estabas conectado todo el tiempo. Si no viene con el depto, podés alquilarlo pero en general están ofreciéndolo en varios airbnb. Es ideal para google maps y para buscar direcciones que pueden ser muy confusas a veces.

Tener efectivo: No todos los lugares aceptan tarjeta, por ende tener yenes. El mejor cambio que conseguí fue en el Aeropuerto.

Máquinas de bebidas

Hay máquinas de bebidas (y hasta sopas) en todas las esquinas: Podes sacar cosas frías o calientes bastante baratas. Si te conformas con desayunar sólo un café podes sacarlos de estas máquinas al paso. Cuando llegas son re novedad re locas, después te acostumbras.


Las estaciones son enormes: En general siempre salen a un shopping, es difícil por momentos encontrar la salida, cuando pensas que la encontraste es un shopping y así. Ojota (?).

Costumbres: No se deja propina en ningún lado (salvo en una heladería que las japonesas cantaban por tips, bizarren). No hay tachos de basura en las calles, salvo al lado de las máquinas de bebida que suele haber para botellas y eso, o en las entradas de los supermercados tipo 7eleven, por eso conviene acumular en una bolsita para tirarlo cuando veas uno. No se puede hablar fuerte en los lugares públicos como el subte o la calle, pero ellos capaz que están en grupo y pegan gritos que te quedás como (?). Está mal visto que te quedes parado en el medio de la calle obstruyendo el espacio, posta, se ponen mal. Se ponen re contentos si sabes una o dos palabras de japonés y te enseñan más. Se camina por la izquierda, todo el tráfico está al revés, tipo Londres. Saludar y agradecer cuando entras a un lugar o local.

No pierdas el boleto del Subte: Vas a tener que pasarlo cuando salís. Si lo perdes tenes que pagar el pasaje de nuevo.

No tener miedo: Tokyo es segura, muy segura. Leí que los que roban son los chinos que se hacen pasar por japoneses pero la verdad que yo no vi nada. Acostumbrada a la inseguridad de Buenos Aires no hay chino que me espante. Tampoco hay que tener miedo con el idioma, los japoneses son amables y por más que no hablen inglés (muy poca gente habla inglés, y los que hablan a veces no se entiende, es como el spanglish pero japanenglish, ponele) se esmeran para que los entiendas. En eso son lo más, los re quiero mal.

Teatro Kabukiza
Anda a ver Kabuki: Podes ir a ver por actos, es increíble, más si sos fan del teatro. Las entradas se sacan 35 minutos aprox antes de cada función. La gente se lleva comida y les gritan a los actores en el medio de la función. Loquísimo.


Cat Café en Shinjuku
Cat Cafe: Hay de gatos, lechuzas y más. Fuimos a uno que era como un depto cerca de Akihabara, los gatos se hacen las estrellas pero es muy divertido.


Tokyo Disney Sea 

Disney:
Fuimos al Tokyo Disney Sea que es como el menos yankie de los dos parques. Es cierto, pero igual es bastante yankie. Es divertido para pasar el día, tiene atracciones parecidas a las de USA.
Siempre hay mucha cola en todos los juegos, pueden sacar fast pass pero igual, siempre hay gente. Hay merchandising original de Tokyo como remeras divinas de las pelis, me compré la de la sirenita porque la de Bella y Bestia era sólo en el otro parque así que si van me traen una. Llegar es fácil pero te cobran aparte el tren de Disney por hacer poco trayecto, un robo a mano armada. Las entradas se consiguen en el Disney Store de Shibuya, si vas temprano no hay fila.

Souvenir de las cabinas de fotos

Máquinas/cabinas de fotos: En la mayoría hay un montón de japonesas adolescentes súper tuneadas para posar, pero en el Sega de Akihabara no había nadie. Es muy divertido el proceso y por pocas monedas te llevas una foto souvenir de vos con los ojos grandes y mejillas sonrojadas.


Entrada al Museo Ghilbi

Museo Ghilbi: Sacar la entrada con anticipación! Se agotan. El museo es hermoso, medio alejado pero vale la pena. Es adorable.



COMPRAS

A mi juego me llamaron (?). Comprar en Japón es más barato que en Argentina. Hay tax free y hay muchas opciones. Dejo tips y lugares que me encantaron o llamaron la atención. Hay muchas cosas de todo, según el rubro que te interese te recomiendo que busques información y negocios. Hay de todo, para todos los gustos. Casi todas las tiendas tienen 6, 7 pisos. Es una locura, por eso, averigüa.

Shibuya de noche

Los zapatos en casi todos los locales son hasta el 37 (de mujer) y 39 o 40 (de hombre): Calzo 39 y no había zapatos para mí, ósea, atenti patonas, no hay talle para nosotras. En Adidas amé unas zapatillas pero bueno, no había talle. Hay un montón de opciones para aquellas que tengan el pie pequeño, suena a bullying pero no, es así.

Uniqlo: LA marca japonesa por excelencia, famosa por sus camperas que se hacen chiquitas. Es barato y de calidad. Tienen tax free, llevar pasaporte. En el local de Shibuya no me tomaba algunas tarjetas, sólo me tomó la American Express, raro, pero me pasó solo en ese local. Hay ropa de hombre, mujer y niños. Recomiendo obviamente las camperas, la ropa de entrecasa, los pantalones, bah, todo. Revisen la parte de SALE que hay muchas cosas.

Loft: Es una tienda de muchos pisos con cosas para la casa y otras yerbas. Casi todo de diseño y divino.

Tokyo Hands: Como 8 pisos de cosas distintas. Un piso de librería, uno para la casa, otro de herramientas, es gigante, no llegas a ver todo.

CAN-DO: Todo por 100 yenes (aproximadamente 1 dólar). MUCHA huevada que nos gusta a los argentinos, cosas para la casa, regalos y souvenirs. Compramos un secador de cubiertos para la pileta (hola señora ama de casa), stickers, fundas para celu, repasadores, cosas que estaban buenas para estar a 1 dólar. Ojo, se van a querer comprar todo.

Barrio coreano: Ideal para comprar productos de estética coreana. Recomiendo SkinGarden que tienen Tony Moly, Etude House, Skinfood y más. Amor puro.

Etude House: Tienen tienda en Harajuku, la marca tiene muy buenas bases y bb cream, delineadores, tintas de labios y cremas. Es dentro de todo barata y ahí en el local podes probarte todo. Siempre está a full, ahora creo que hay dos (uno más grande que el otro).

Shibuya 109: 7 pisos de ropa para mujer. Si van con sus parejas, que se vayan a pasear. Mucha moda harajuku pero podes encontrar cosas más "normales" y cute a buenos precios. Casi enfrente está Shibuya 109 Men, donde también hay cosas de mujeres. En el segundo piso hay un lugar de anteojos de sol que es genial me vuelvo loca para siempre.

Forever 21, H&M, ZARA: Tienen cosas distintas que en USA, más adaptado a la moda local. Hay cosas copadas a buenos precios y en general con tax free.

Sekaido: Librería con un montón de cosas si haces dibujo o similar. Muchos pisos.

Akihabara: Para comprar muñequitos de colección y esas cosas. Recomiendo un lugar que se llamaba Kotobuyika, un beso a todos los nerds.

IT'S DEMO: Para comprar boludeces tipo Todo Moda pero con Sailor Moon y similares.

Chicago: Una casa de ropa vintage que vende unos kimonos tradicionales y de diseño preciosos y a buen precio. Toda la ropa en buen estado y no te da a muerto. 100% recomendable.

Yodobashi Camera: Recomiendo ir al que está en Akihabara, muchas cosas de electrónica, aunque es difícil de entender si no encontras a alguien que hable inglés.

Don Quijote: Hay en varios barrios, está bueno para comprar de todo, cremas, maquillaje. Ahí compré muchas bolsas de Kit Kat con sabores raros y mucho make up japonés.


COMIDA

Todo es rico en Japón. Si sos medio asqueroso para comer la vas a pasar mal, si comes de todo, será una fiesta. Hay miles de lugares y recomiendo comer en la calle también, pero acá dejo mis elegidos (?).

GINDACO BALLS: Albóndigas de pulpo, las más ricas del mundo, bastante baratas y hay varios locales. VAYAN, es una locura.

Gindaco balls

Tsukiji Market: No es necesario ir temprano para ver la subasta de atún. Podes comer en los distintos puestos probando mil sabores. Recomiendo que coman sushi en alguno de los locales, es el más fresco que comí en mi vida.

Kaikaya: Un restaurant/bar con mucha onda en Shibuya. El sushi riquísimo, los mozos muy buena onda. Ideal sentarse en la barra que es como estar adentro de la cocina y hablar con los cocineros que son unos genios.

Cocina de Kaikaya


Nagomi-Gyuza:
Dejo el link a facebook porque es dificil de encontrar. Está casi al lado de Takeshita street, un lugar chiquito de Gyozas y cosas ricas, barato y DELICIOSO. De lo mejor que comimos.

Sushi giratorio: Hay mil, nosotros fuimos a este, fuimos tarde y no había tanta gente como en los otros, está adentro de un edificio, en un piso tipo patio de comidas, así que puede ser difícil de encontrar. No es el mejor sushi pero si es muy divertido el tema de que te lo manden por cintas a tu mesa. Ojo porque después cuentan los platos que comiste (según el color el precio). Está bueno, como experiencia.

Golden Gai

Golden gai: No es para comer, pero sí para tomar algo. Está en Shijuku y está lleno de bares mini que entran pocas personas. Perfecto para sentarse en la barra y hacerse amigos japoneses.



Seguiría pero tampoco puedo sacar un libro, así que cualquier duda me la pueden dejar en los comentarios o me contactan por mis redes. Si te gustó, compartilo! Más abajo les dejo fotos! Y vayan, es un País hermoso.







Shinjuku

Shinjuku

Más maquinitas de bebidas

Yoyogi Park
El proceso de las fotos 








Golden Gai

Supermercado

Tokyo Disney Sea



lunes, 1 de febrero de 2016

Las obligaciones de novia

Desde la última entrada de este blog, me casé. Sí, lo impensado, lo imposible, yo casada. Si bien hacía varios años que ya estaba en pareja, decidimos casarnos y no fue una situación digna de comedia romántica, como una se imagina, con el hombre arrodillado y un anillo de diamantes y la Torre Eiffel de fondo. No, no fue así. Para nada. Fue más bien algo charlado y concretado en la fábrica de pastas del barrio, mientras pedíamos ravioles de pollo que dijimos: "Bueno, podríamos casarnos en mayo, o mejor en julio así juntamos más plata". Y así, comenzó con una reunión chiquita y terminó en una fiesta para 100 personas, con vestido blanco y cura. La pasamos de puta madre, aunque los últimos meses fueron intensos. El estrés que tiene la novia no es por el novio, ni por si está segura de casarse con él o si le surgen amores de su pasado que vienen a impedir la boda, el estrés de la novia surge por una sola cosa: ADELGAZAR.

Fueron 4 meses de locura, de sufrimiento. Hice una dieta que se llamaba Pronokal. Sí, la misma que hizo Nancy Duplaa, Matías Alé y Máxima de Holanda. Y Boudou. Todas esas figuras notables hicieron la misma dieta que yo. Claro que todos esos tienen plata y yo no tanto. Me embargué para adelgazar, una cosa muy loca porque si sabía que me iba a embargar tanto dejaba de comer directamente, porque no es que con Pronokal comes sushi y caviar como para lo que sale. En fin, me maté, comía muy poco (son sobrecitos y ensalada, básicamente), iba al gimnasio y me hacía tratamientos de estética. Es decir, todo en pos de mi belleza ¿para qué? ni siquiera para mi marido, porque él ya había aceptado casarse conmigo así como estaba. Tal vez para mí misma, o para salir flaca en las fotos, en el video, o para que todos digan ¡Ay! ¡qué flaca estás!. O tal vez para poder usar la bikini en la luna de miel. Espera... ¿Para poder usar?, ¿qué, si estás gorda NO podes usar bikini?. Y ahí me pongo a pensar en todas las justificaciones que tuve cada vez que hice dieta, y como uno critica a la sociedad que juzga a las que tienen kilos de más, o a la publicidad que nos obliga a tener cuerpos perfectos y me pongo a pensar y a pensar y a pensar y llego a la conclusión que no fue ni la sociedad, ni la publicidad, fui yo.

Y no voy a cerrar con una moraleja para pensar ni mucho menos, porque no es algo que tenga 100% resuelto y no me considero quién para decir, no hagan dietas, no se dejen engañar y esas cosas que dice la gente. Hagan lo que las haga felices. Y si se quieren gastar la plata que te pide Pronokal en un viaje, en ropa o en 20 combos de Mcdonals, háganlo. Pero sobre todo, no consideren que no pueden hacer algo por estar gorda o flaca. Porque ahí la que juzgas sos vos.

sábado, 29 de marzo de 2014



 Hubo un tiempo que este blog hablaba de pijas. Muchas, de todos colores y tamaños. Ahora las cosas han cambiado, porque inevitablemente mi vida ha cambiado. Estoy hecha una señora, una ama de casa, una concubina. Una de las mejores cosas que me pasó estos últimos meses fue tener un lavarropas. Lavo. Todo. Constantemente. Las toallas que se lavaban cada muerte de Obispo ahora se lavan a diario.
Mi objeto de deseo pasó de vibrador o zapatos a un lavarropas. No es mejor ni peor, es distinto. Hace unas semanas hice fila 20 minutos en la calle para que me regalen una muestra de suavizante.
 Cambié de barrio también, ahora vivo en Barrio Norte. Con viejas conchetas por doquier: discutiendo con algunas, riéndome con otras. Intento ser más ordenada por mi salud mental y la de mi novio. Me cuesta, lo intento.
 Es como que los tipos piensan que las mujeres venimos con un chip incorporado de la limpieza y el orden. Que todas somos maníacas compulsivas, perfectas cocineras y encima, cogemos bien.
Intento comer mejor, hacer ejercicio, comer granola, tomar vitaminas, esas cosas.
Eso si me cuesta un huevo.
Intento ahorrar.
Eso también me cuesta un huevo.
 No me identifico con las demás amas de casa. Sobre todo con las que tienen mucama, porque yo claramente no tengo.

Así que si quieren armamos una vaquita para que contrate una chica de limpieza, dale?.

martes, 18 de febrero de 2014

Parecidos

Mi abuela cuando era chica me decía que era igual a Marcela Kloosterboer. Yo tenía pelo corto y granos en la cara y pesaba la mitad de lo que peso ahora, con joggins gigantes adidas, pero la miraba y le decía, sí, puede ser. Y cada vez que "Marcela Klosterboler" aparecía en la pantalla ella decía, "ahí está, la klosterboler, igual a la Belencita". Me han encontrado varios parecidos, la mayoría favorables, todo dependía de mi corte de pelo y qué tan gorda estaba. Me dijeron Catherine Zeta Jones, Amelié, Celeste Cid, Erica Rivas, Katy Perry y... Natalia Oreiro. Dependiendo del gesto o maquillaje, o tal vez peinado o vestuario me parecía más o menos. De acuerdo a los ojos del que lo decía era sincero o un chamuyo del momento para comprarme. Ojo, no es posible que encontrarte un parecido sea motivo de levante, por mi cabeza puede pasar que sos un loco obsesionado con esa artista, pero no que me querés levantar. Nunca. Nunca se me ocurrió usarlo a favor en un casting. Vieron que hay gente que en su cv actoral pone: parecido a Chayanne, imitador de Shakira. Las notas de prensa usan "la nueva Pampita", y otros términos colgándose de los pechos de los famosos. No se me ocurre poner tantos nombres cuando me preguntan parecidos o que me nombren "la nueva Oreiro". El ser parecido a alguien es un medio pelo: nunca llegas a ser esa persona, pero un poquito sí. Osea, una cagada. Una cagada que todo el rato que queda después de que te encontraron un parecido te creas esa persona, actúes como ella, busques ropa parecida a la de ella. Podés parecerte a Amelié con tu corte francesito pero nunca vas a serlo. Podés tener un aire a Catherine Zeta, pero no te vas a casar con Michael Douglas, ni tampoco vas a hacer Chicago. Podés tener un mínimo viento a Katy Perry... pero no, definitivamente no lo sos. Así que yo en el campo "parecidos", relleno "La Klosterboler" y listo.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

La Lady Di que no fue



Era una noche de verano y mientras tomaban una cerveza en la vereda con las piernas con mal bronceado y las uñas de los pies despintados con un vestido atado al cuello que era lo único que les quedaba bien con semejante calor. No sólo se les acercaba la moza, se les acercaban varios muchachos, ellas hablaban de chongos, de ropa, de dietas. Fumaban porque les quedaba bien, les combinaba con los vestidos atados en el cuello.
Se les acercaron dos. Uno hablaba en inglés y ellas no entendían nada de inglés. El otro hablaba en colombiano o mexicano.
Medio que les traducía medio que el colombiano-mexicano las quería todas para él, hasta que se quedó con una y la otra tuvo que arreglarse como podía con el inglés.
Entre charlas y coincidencias y un spanglish malabareado ella se imaginó en Inglaterra como Lady Di saludando en un carruaje y viajando en el bondi de dos pisos. Pero se hizo la difícil y decidió no darle un beso en ese primer encuentro. Pactaron como pudieron encontrarse al día siguiente, a la misma hora, en la misma mesa del mismo bar de la misma vereda: punto de encuentro para una cena romántica a la luz de las velas.

Al día siguiente se preparó toda la tarde y a la nochecita emprendió para la vereda del bar donde se encontraría con su viaje al primer mundo.
Se sentó el la misma mesa que estaba vacía justo para ella, todo cuadraba. Esperó. Pidió una cerveza chiquita. Siguió esperando.
Esperó.

Hasta que la moza verborrágica se sentó al lado de ella preguntándole si ella era ella, que la había llamado Kurt y que no tenía su número para comunicarse pero bueno, le dejó dicho aunque ella cree que es mentira porque los hombres son todos iguales pero bueno por lo menos llamó que no podía venir porque tenía algo con la madre o no sé quien o que tenía que irse que lo re re re re re re lamentaba pero bueno que lo sentía mucho y... "cobrame la cerveza", le dijo ella. Se levantó y se fue.

No sabremos bien si era cierto, si era mentira o si fue su imaginación la que vio desde la esquina cómo su inglés se encontraba con la moza.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Argentinos en USA

El argentino, en general después de la época del 1 a 1 se acostumbró a viajar a Miami, a Disney, a USA digamos. Atrás quedaron las épocas donde era más barato ir a la tierra de mickey que a Mar Del Plata, pero hoy por hoy siguen (seguimos) yendo al país de las hamburguesas, las donas y los waffles. Amado y criticado, seguimos viajando. Claro que la situación del dólar no deja que haya tanto acento porteño en las calles pero identificamos al argentino por como luce: no es por alardear, pero las mujeres son las más lindas del mundo. Se ve que esa mezcla europea latina hace que sean bombas que cuando abren la boca y confirmamos el "che!" O el "boludo!" Pierdan un poco el encanto pero si logren enfundarnos en una familiaridad que no nos dan los turistas de otros países de Latinoamérica 
Pero podemos encontrar a un argentino en yankielandia comiendo tostadas en lugar de huevos y panceta, o utilizando el refill a morir, o tal vez haciendo cuentas de cuanto le costará ese paquete de galletitas en pesos argentinos. Te los cruzas a la vuelta,cuando parece todo el avión es nac and pop y estaban distribuidos por la ciudad y vos nunca te los cruzaste o cuando ves a alguien que viajó con vos a la ida. Te los cruzas en los cajeros intentando conseguir dólares, pero tienen cara de argentinos, se nota. No se bien en que, pero se nota. 

Y los argentinos nos destacamos entre la muchedumbre obesa y rubia. Aunque ellos sólo destaquen a Messi o a Maradona.

jueves, 31 de octubre de 2013

La pelotuda simpática


La cosa es así: me fuí, volví, acá estamos, después de tanto tiempo sin escribir en el blog volví con una nueva carrera comenzada (Producción de modas), sin abandonar el teatro y con menos tiempo que nunca pero sí con ganas de escribir.

Cuando te vas de un lugar por mucho tiempo cuesta retomar el ritmo. Depende a quién, claro. A esa gente zarpada en amistosa no le cuesta tanto.

¿Qué onda con esa gente?, esa, esa conchuda que es tan copada y con una sonrisa tan blanco ala y con su simpatía del orto que tiene que desplegar por todo el lugar, esa es la conchuda que todas odiamos, la conchuda que le va bien, que se viste mal y gana bien, que tiene una vida maravillosa, que hace yoga porque tiene tiempo, no tiene smartphone y le queda cool y porque todo es wonderful en ella.

Es muy difícil quedar bien frente a esta mujer, seguramente tiene un séquito de pelotudas que la persiguen y que a la menor ironía que decís te atacan: hay que tener mucha energía para ir derribando pelotuda hasta llegar al mago de oz, a la conchuda de oz, a la conchuda simpática y atacarla desde el vamos. No cometas el error de sonreirle ni una sola vez, porque corres el riesgo de que se te haga la amiga. Se te hace la amiga hasta que llega alguno que se quiere garchar o otra forra como vos y pasaste a ser historia, porque todos en el lugar la aman y si ella no te habla, tampoco te hablarán.

Es difícil encontrar la solución frente a la conchuda simpática. Podríamos probar con la cara de pocos amigos total, con no responderle, con mirar hacia otro lado, mirando el celu con no encontrar ni un solo punto en común con ella. Podemos pasar así la noche entera... pero claro, la noche sería una cagada.

Creo que no hay solución a la conchuda simpática más que ignorarla, ir con tu amigo gay a todo lugar que te la puedas cruzar o fumártela en pipa hasta que pase.


Así que, si vos sos una de esas conchudas simpáticas, tené en cuenta que no le vas a caer bien a todo el mundo, pelotuda.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Así es.



Las mujeres, lindas o feas, flacas o gordas, con tetas o sin ellas. Todas las mujeres sufrimos día a día comentarios de hombres. En la calle, en la parada del colectivo, en el colectivo, en el subte, en un bar, en un boliche, en todos lados. En todos lados escuchamos "hola bebe que linda que sos", "mamita te llevo?" o directamente "te chupo todas las tetas".

Y así vamos por la vida, acostumbradas a salir con los tacos en la cartera para ponértelos cuando llegas a destino "para que no te digan nada por la calle", a tomar un taxi creyendo que es lo más seguro y darte cuenta que el taxista es pajero igual que todos los que están sueltos y que es aún más peligroso. Y así vamos... con miedo a usar minifaldas para no provocar, a no usar calzas con algo corto porque es de putona y "qué me van a decir".

Las mujeres vivimos día a día algo que los hombres claramente NO viven ni van a vivir nunca. No hay distinción de edad, pueden ser tus abuelos pero el pajero siempre te va a mirar, van a venir los linyeras a olerte el pelo o los obreros te gritan cosas desde la construcción y vos tenes que andar así, como si nada hubiera pasado, con cara de poker y sin responder nada, porque puede ser peor, porque no sabés cómo va a reaccionar ese tipo y porque te la tenes que comer doblada. Y sí, ya sabes como va a reaccionar ese tipo, porque ya reaccionó con su piropo de mal gusto y evidentemente o se clava una paja adelante tuyo, o te grita malcogida o te secuestra. Yo que sé.

Es así nomas. Hay que fumársela  Así estamos, preocupándonos por un sketch de Francella y Julieta Prandi de hace 12 años, pero viviendo con miedo por la calle.


lunes, 21 de enero de 2013

El Winnie Pooh

Lo que me pasa a veces es si no sé si escribí algunas cosas acá alguna vez o no. O tal vez me olvido de las cosas que invento o inventé y soy bastante vaga para ponerme a revisar archivos. Trataré de no repetirme.

¿Te acordás cuando abrió facebook?, cuando ponías de estados solo frases de canciones, en español, en inglés... bueno, así. Esta tradición quedó del fotolog, cuando una publicaba fotos con frases abajo. Después el tiempo hizo que el facebook sea un arma mortal para poner ideas, hacer publicidad, publicar fotos, videos y revisar cuentas ajenas.

Ahora, volviendo al fotolog, había dos tipos: el grasún, y el cool. El flog cool, subía fotos inéditas, fotos de bandas, fotos blanco y negro y frases de libros cool que capaz nunca leyó el flogger en su vida pero igualmente lo postea.

Y ¿viste cuando te cruzás a alguien del cual sabés algo muy íntimo, algún secreto o algo que nadie se imaginaría?. ¿Cómo reaccionás frente aquel señor que te tiró onda alguna vez y ahora se te hace el amigo? ¿cómo hacés frente a la conocida con la que tomaste unos tequilas y tuviste que llevar a la casa pero ella no lo recuerda?.
Cuestión es que me crucé con una chica de la que sé algo que esconde. Lo ví una vez y no pude olvidarlo: tiene tatuado un Winnie Pooh de Boca. La cuestión no es tanto el osito, sino que sea de un cuadro. Ah! y además, el personaje no estaba tatuado ni en el brazo, ni en una pierna, ni en la espalda: está en una teta. Real. Increíble pero cierto. Cuando cualquiera puede pensar que eso se da en cualquier watchiturra del conurbano, no. Me la crucé y la ví muy cool, muy progre, muy palermo.
Obviamente no la saludé ni nada, son esas cosas que una sabe sin querer, de conocidos o de verlo sin querer. Pero no pude evitar pensar en eso. Yo por ejemplo, tengo un tatuaje del ojo de horus que me hice porque bailaba arabe, no reniego de ello, fue hace muchos años, y creo que es de bastante mejor gusto que un winnie pooh. Ojo, no por Winnie, con el cual me saqué una foto en mi último viaje a disney pero bueno, no hace falta aclarar más.
 Y te lo digo, mostrá tu pecho progre y kirchnerista pero no te hagás la cool, no reniegues de tu pasado, querida. Y si lees esto o te lo hacen leer, espero que no te tapes el tattoo y que disfrutes de tu lado bizarro y tumbero, my love.


miércoles, 16 de enero de 2013

Tremendas



Las mujeres somos tremendas. Solas y en conjunto. Caminando por la calle o en la cama. Las mujeres somos histéricas, locas, celosas, sensibles y sobre todo, tienen pocos códigos. No es casualidad que cuando un grupo de mujeres se junta uno de los tópicos es sacarle el cuero a una que no está presente, o a otra que se robó el chongo de una, o simplemente a esa modelo de la revista. Las mujeres nos vestimos, para otras mujeres. Adelgazamos, para otras mujeres. Nos teñimos, adivinen para quién?, sí, para otras mujeres!. Este acto casi lésbico de querer estar mejor para que nos vea la otra. Que nos importe un ovario si nuestro novio, concubino, marido o chongo nos vea mejores, sino que ella, esa, y todas nos envidie tanto hasta reventar. La batalla interminable a ver quién es la más linda, la más flaca, la más diosa. Quién tiene el mejor auto, la mejor cartera, el mejor hombre. Todo es válido en esta batalla de las mujeres. Todo es válido para decir "acá estoy yo".
¿Superficial?, sí, un montón. Dejamos la huella digital, marcamos el territorio para que nadie toque esto que es mío. Hacemos escenas donde no debería haberlas y generamos problemas donde no los hay. Nos hacemos la cabeza con el más mínimo movimiento que vemos en facebook y revisamos celulares, carteras, cartas. No nos para ni el calor ni el frío. Ni la gripe ni la malaria. No tenemos códigos señores, a ver cuándo lo aprenden. Desde que ustedes están con nosotras, las mujeres, su vida ya no tiene sentido más que nosotras. Desde ese día olvidense de todo su entorno, somos saboteadoras de fiestas, de amigos. Si no nos gusta no hay vuelta atrás. Somos invasoras. Invadimos la intimidad, no dejamos que miren fútbol y tampoco que se hagan la paja tranquilos.

Las mujeres somos todo eso y más. Y soportamos. Las mujeres soportan.
Soportamos día a día los piropos por la calle. Esos piropos que a veces te levantan la autoestima y que a veces te dan miedo. Esas escenas de hombres que se te acercan y te huelen o te respiran en la mitad de la 9 de julio. Soportamos una sociedad en donde si no sos linda no sos nadie. Una sociedad sucia y un marido que camina de la mano con vos y de refilón mira un culo. Soportamos las puteadas "soloporsermujer" que ligamos mientas manejamos. Soportamos que nos pidan pagar la mitad del telo. Soportamos desde chiquitas que los nenes nos tiren del pelo. Soportamos aguantar el llanto en una película romántica. Soportamos esperar el primer "te amo". Soportamos esperar el anillo de compromiso. Soportamos la nueva moda de las plataformas. Soportamos a otras minas, minas malas, minas buenas, fantasmas, ex's, amigas y suegras. Soportamos la menstruación, el parto y la depilación, esos tres clichés que tanto se leen en las revistas que amamos consumir. Soportamos la dominación en el sexo, soportamos que nos caguen a palos a nosotras o a amigas, o a otras mujeres, que son como hermanas simplemente por el hecho de ser del mismo sexo. Soportamos casos como el de Marita Verón. Soportamos chiflidos de linyeras y cartoneros mientras sacamos los papelitos de prostíbulos de el microcentro.  Soportamos estrías, celulitis, tacos, hijos y la cuenta gigante de ser mujer.

Así que no está tan mal que ellos soporten que somos tremendas.

martes, 9 de octubre de 2012

Neutral.

Me gustaría tener un barco de color rosado y viajar vestida de marinera por algunos puertos exóticos. Quiero tener pesos para poder cambiar dólares y comprarme un millón de golosinas yankees.

Tener un perrito chiquito redondo y peludo. Tener ganas de saludar a aquellos que en realidad no tengo tantas ganas de saludar.
De tener un libro que me diga cómo hacer las cosas pero no para leerlo sino para saber que está ahí, como una especie de manual.
Ganas de no llorar por todo sin sentido, ganas de tener ganas de ir al gimnasio más seguido.

Tengo ganas de tener una cartera fucsia para las primaveras y los inviernos. Ganas de llorar y que no me duela la cabeza.

Ganas de que las cosas con algunas personas cambien y que otras se queden así. Ganas de una montaña rusa, de un chocolate light.

Ganas de hacer un musical y no tener inspiración para hacerlo. Letras que me faltan y que las palabras que no aparecen aparezcan pronto.

Y a veces de pedir perdón y que me lo pidan. De no escuchar a mi cabeza y escucharla igual. De darme cuenta por qué me pasa lo que me pasa y por qué no me pasa lo que no me pasa. De ser sincera conmigo como lo soy con otros.

De estar bien, de estar mal y de no estar neutral. Porque lo neutral hace mal.