martes, 9 de octubre de 2012

Neutral.

Me gustaría tener un barco de color rosado y viajar vestida de marinera por algunos puertos exóticos. Quiero tener pesos para poder cambiar dólares y comprarme un millón de golosinas yankees.

Tener un perrito chiquito redondo y peludo. Tener ganas de saludar a aquellos que en realidad no tengo tantas ganas de saludar.
De tener un libro que me diga cómo hacer las cosas pero no para leerlo sino para saber que está ahí, como una especie de manual.
Ganas de no llorar por todo sin sentido, ganas de tener ganas de ir al gimnasio más seguido.

Tengo ganas de tener una cartera fucsia para las primaveras y los inviernos. Ganas de llorar y que no me duela la cabeza.

Ganas de que las cosas con algunas personas cambien y que otras se queden así. Ganas de una montaña rusa, de un chocolate light.

Ganas de hacer un musical y no tener inspiración para hacerlo. Letras que me faltan y que las palabras que no aparecen aparezcan pronto.

Y a veces de pedir perdón y que me lo pidan. De no escuchar a mi cabeza y escucharla igual. De darme cuenta por qué me pasa lo que me pasa y por qué no me pasa lo que no me pasa. De ser sincera conmigo como lo soy con otros.

De estar bien, de estar mal y de no estar neutral. Porque lo neutral hace mal.

jueves, 13 de septiembre de 2012

fonduta di cioccolato



En los primeros "cumplemes" que tuve con mi novio, tirábamos la casa por la ventana. Lo seguimos haciendo claro, para no perder la costumbre y la pasión, pero tal vez con menos presupuesto.

Ya les he contado que yo no limpiaba ni cocinaba nada, cuando digo nada es nada, nada de nada, cero. En este post se habla un poco de eso. Temía entrar a la cocina, temía prender el horno, la hornalla, temía salir volando por los aires al encender un fósforo. Lo odiaba.
Pero como era un cumplemes y venía tan mal acostumbrada de que él me cocinara o de el delivery, que decidí llamar unas amigas para que me ayuden con una super picada que obviamente diría que yo sola preparé. Pedí prestada una fonduetera o fonduecera (o como mierda se llame, eso para hacer fondue), para hacer un rico fondue de chocolate en el que mojaríamos frutillas y bananitas y tal vez tiraríamos por nuestros cuerpos desnudos cual Te mataré Ramírez y luego degustaríamos el chocolate aguila en el cuerpo del otro para refugiarnos en la pasión del aniversario.
Esto no pasó. No. Cuando te dicen que pongas "un poquito de" alcohol para encender la mecha y que quede encendida para calentar el chocolate que está en la cacerolita, (una cosa así para los que no tienen ni puta idea de lo que hablo). Mi novio creyó que con ese "poquito de" no alcanzaba, así que decidió tirar una gran cantidad de alcohol que se derramó sin querer en la bella mesa de madera, que al encenderlo provocó una llamarada en el mecherito y EN  LA MESA DE MADERA!. Gritos y desesperación de quemarnos vivos, pudimos (pudo) apagarlo con un repasador, pero el mecherito quedó mal puesto, así que tuvimos que esperar unas, mmmm... 2 horas? para que se termine de consumir el fuego y poder comer el cioccolato.

Lejos quedó la idea de lamernos sensualmente el postre, lejos quedaron las frutillitas y bananitas, cerca quedó mi miedo de prender un fósforo y cerca quedó que casi nos quemamos vivos.

Pero bueno... cumplimos un mes a la luz de una fogata...en un departamento de dos ambientes.

lunes, 23 de julio de 2012

Bombacha veloz.



Tengo un millón de bombachas. Miles, muchas, un montón. En su mayoría de Victoria's Secret, osea que duran. Tengo algunas hace varios años. Algunas rotas, para ir a depilarme o para cuando me indispongo. Algunas para ocasiones especiales conmigo misma y con mi novio, estas últimas generalmente son incómodas. Tengo las cómodas para todos los días y las cómodas-lindas para algunos días con poca autoestima. También están esas que guardo porque algún que otro recuerdo me traen: la rosa que me regalaron para aquella noche buena, esa que usé y vió la primera vez con mi novio y esa que era la última de vidriera y ahora es mía. Las hay con volados, corazones, inscripciones, PINK y mensajes subliminales.

Los hombres no tienen mil calzoncillos. Tampoco tienen uno para cada ocasión, si tienen 3 o 4 es mucho y ni-en-pedo se lo cambian todos los días. Ahora sí: el que usa boxer no usa slip y el que usa slip no usa boxer, es ley. Yo soy de usar culottes y vedetinas, pero una tanga de vez en cuando me mando. Ellos no. El calzón del mismo estilo, aunque tenga que usar siempre el mismo.

Y para cerrar y volviendo al tema de mis mil chabombas a punto de explotar del segundo cajón:

¿Por qué no les puedo decir adiós?. ¿Por qué critico a mi novio por tener 4 calzones y yo guardo bombachas de hace muchos años?. ¿Por qué sigo comprandolas?. ¿Por qué no puedo reciclarlas, hacerlas repasador o pañuelo y liberar espacio en la cajonera?.

No sé quién dijo que la mujer madura primero que el hombre... comparando el clásico slip/boxer bordo, verde o azul que seguro habita en sus hogares, aseguro que en nuestro cajón está lleno de vedetinas con dibujitos, puntillitas y colores, como a los 4 o 5 años. 

miércoles, 18 de julio de 2012

Dancing with the ass

Para mí esa Andrea Rincón tiene el culo operado, bueno... las tetas ni hablar, es obvio. Ay pero esta otra le quedó para el culo la estirada en la cara. Sí si... tendrá un re lomo pero la verdad que es un cuco, grasa total. Yo no entiendo realmente qué es lo que le ven a estas minas, obvio que el cuerpo escultural que tienen pero en la cabeza no tienen nada, cero. No se dan cuenta que las está re bardeando el conductor?? Se están rebajando!, es una vergüenza que una mujer se deje tratar de esa manera, es como un insulto constante que les enfoquen el orto todo el tiempo o las lolas o que el chabón las toquetee tanto!.
Osea, a ver, no es de envidiosa ni nada, pero cualquiera tiene ese cuerpo si tenes la guita como para hacerte electrodos, inyectarte cosas, operarte toda... así yo también estoy diosa... OJO eh, yo para ser una mina normalita bastante bien estoy no digo un 10 pero ponele un 6 o 7... depende del día, con un poco de arreglo las paso por encima... y además queda re-mal el culo operado, parece que tiene dos naranjas.

Cómo mi amor?. Me estás diciendo que el culo operado no se nota?. Ah mirá vos, así que "LOS HOMBRES NO SE DAN CUENTA SI EL CULO ES OPERADO O NO". Osea que lo único que les importa es que sea un culo, porque si vamos a decir que eso es lo único que importa entonces les darían a todos todos los culos sin importar tamaño, color o sexo. No me pongo de ninguna manera vos me dijiste eso! ah no? no le dan a cualquier cosa? Ah sí mirá vos a Andrea Rincón sí, bueno mirá te voy a decir una sola cosa, y espero que no te lo tomes a mal ni que afecte tu comportamiento, creo que es lo mejor para la relación y para mi caracter y hormonas. Te lo tengo que decir porque es hora de ponerte en el lugar que corresponde....

NO VAMOS A VER MÁS A TINELLI.


Dibujo: correctaeducacion.blogspot.com.ar


jueves, 21 de junio de 2012

Tengo

Tengo ganas de recopilar cosas que tengo. Cuando pienso que no tengo nada, miro para atrás y veo que sí, algo tengo.

Tengo 23 años. Tengo este blog hace 3 (en distintos lugares). Tengo un carácter de mierda. Tengo una obra estrenada y reestrenada y dando vueltas por ahí. Tengo otra más por estrenar. Tengo otras dos proyectadas. Tengo dolor de garganta. Tengo que tomar un medicamento que es celeste. Tengo un starbucks a dos cuadras de mi casa. Tengo un novio saliendo de anginas. Tengo un novio talentoso. Tengo un novio que juega a un juego de pc de guerra. Tengo una gata chiquitita. Tengo un hermano, también chiquitito. Tengo un papá fan de USA. Tengo una mamá muy mamá. Tengo unos papás jóvenes. Tengo unos kilos de más. Tengo pelos. Tengo ganas de que las cosas se den sin buscarlas. Tengo ganas de buscar algunas cosas. Tengo el esmalte de las uñas de los pies corrido. Tengo una uña que está creciendo después de caída. Tengo algunos celos. Tengo curiosidad por saber todo lo que pasa. Tengo ganas de ver los bailes en bailando por un sueño. Tengo una tienda abajo de mi casa que tiene cosas muy lindas. Tengo unos zapatos por estrenar que me regaló mi suegra. Tengo suegra. Tengo suegro. Tengo cuñados. Tengo primos que no veo. Tengo tíos que tampoco veo. Tengo un abuelo. Tengo un celular que se apaga a cada rato. Tengo un historial con varios celulares rotos. Tengo 1.335 amigos en facebook. Tengo 745 fotos que me etiquetaron. Tengo muchas fotos de viajes. Tengo muchas ganas de estar en New York. Tengo ganas de tener plata para comprarme cosas en New York. Tengo millas en American Airlines. Tengo ganas de viajar con mi novio. Tengo proyectos de pareja por primera vez en mi vida. Tengo varios amigos que veo poco pero los quiero igual. Tengo otros amigos que sí veo mucho. Tengo alumnas mujeres. Tengo amigos artistas. Tengo que volver a actuar. Tengo que dejar de comerme las uñas. Tengo que parar con la comida chatarra. Tengo que tomar la pastilla anticonceptiva. Tengo que estudiar fotografía. Tengo que largar el autoboicot. Tengo que recuperar todo lo que perdí de la compu.

Tengo que escribir más en el blog. Perdón.


viernes, 1 de junio de 2012

Pequeñas delicias de la convivencia.

No soy una persona ordenada. No soy adicta a limpiar, encuentro mis cosas igual en el quilombo, no noto ni percibo que haya algo tirado a mi lado, paso como si todo estuviese pulcro y ubicado "a lo Belu".

Le hecho la culpa de esto a mi madre, que nunca me dejó lavar un plato, ordenar, ni cocinar. No, mentira, la pasé bien en esas épocas en donde lo único que hacía era sentarme a comer y ni en pedo te llevaba un plato a la pileta.

Cuando comencé mi relación no podía entrar a la cocina, posta. Mis únicos acercamientos a ella fueron tres purés instantáneos que salieron aguados e incomibles (pero avanzaron uno al otro, ojo, el último fue un toque más espeso que el primero), se tomaban como sopa, no como puré. Me sentí mejor ya que el otro día cené en Pippo y me dieron uno similar, y me lo comí, osea que  mi novio en aquel momento podría haberse ahorrado la cara de asco.

Mi novio usaba unaespeciede método para invitarme a ordenar: preguntaba "y qué hacemos con esta bombacha?", "y cómo podremos organizar esto?", "qué te parece si cortás este tomate?". Me tiraba tips sobre convivencia. Me convocaba a la reflexión sobre algo que para mí no era un problema, que estaba acostumbrada.

Me costaba mucho reconocer que arrancaba una convivencia. Sentía que como todavía en mi casa materna tenía mi taza de campanita, por ejemplo, no estaba completamente instalada. Tenía todavía allá mis perfumes, varios de mis zapatos y mis libros, claro.

Sentía que tal vez si no reconocía el estar viviendo en este departamento me desvinculaba con todo tipo de quehacer doméstico. Me negaba a ser Susanita, creía que al momento de empezar a decir sí, vivimos juntos me convertía en su sirvienta, en su esclava, en su maria la del barrio. Intentaba mantener el romanticismo de el noviazgo en casas separadas pero cada vez se me hizo más difícil ya que todo el tiempo estábamos juntos. Cada vez más dormía con él y las horas se hicieron días, los días se hicieron meses, todos decían que sí y yo decía que no hasta que llegó el momento en que dije ok. Ok!. Ok, estamos viviendo juntos. Ok. Sí, ok. Y ahora?. Me parecía de más hablarlo, charlarlo. No sé, decirle che, qué onda, estamos viviendo juntos?, nos vamos a casar? voy a engordar cada día un poco más hasta que me tenga que mandar a hacer mi ropa por una modista porque no encuentro talles?, voy a tener que dejar mis actividades y de ver a mis amigas?, se acabó el sexo?, mis papás van a hacer un playroom en mi cuarto?, qué somos????? qué estamos haciendo??? vos también sos de los que dicen que estamos viviendo juntos???.

Un millón de preguntas rondaban mi cabeza y no podía encontrar la manera de decir una especie de a la convivencia.

Hasta que encontré una forma, no sé si la mejor, pero sí la que me salió.

Me cambié la localidad en facebook.


(y no fue tan grave)



miércoles, 23 de mayo de 2012

Fabula Ancestral


El otro día fui a ver La Bella y La Bestia 3D. Amo esa película. Amo ese musical y me sé los diálogos de memoria. Siempre quise ser la Bella. En inglés es Belle, y se pronuncia Bel, así que siempre creí que era yo. Además es una de las pocas princesas de Disney castañita con ojos marrones, como yo.
Podría verla siempre, Disney y tu mundo maravilloso que nos hace creer que todas somos princesas. Y rememorando mis épocas en donde esta película y La Sirenita eran parte del top five, me acordé de que muchas, muchísimas chicas optaban, en sus quince, disfrazar a su hermano/papá/tío de la bestia para que entre a bailar el vals con ellas. Una mersada total, sabiendo que los muñecos que aquí y aún se alquilan tienen muy poco parecido con la versión de Walter Disney. Pero sí, era furor y no sé si sigue siendo, no sé si se sigue usando la fiesta de quince, sé que están carísimas y que las pibas de hoy son más vivas en administrar el dinero de sus padres.


En la época que yo cumplí 15, muchas otras compañeras también cumplían. Era una época en que cada fin de semana (o fin de semana por medio) tenías una fiesta. Eran los primeros acercamientos de ir a bailar, de arreglarse, de pasar la noche fuera de casa bailando hasta el amanecer.



Mis quince fueron lindos, hoy por hoy me arrepiento de no haber elegido el viaje, obvio, me meto en el culo mi vestido (alguna que otra vez lo he usado para actuar), los zapatos, la fucking moda que una tiene a los 15 años y demás.

Mi fiesta fue una de las últimas, en el salón más top, cliché y grasún de Villa Ballester: "Eclipse". Fue medio a las corridas porque creía que quería un viaje, pero a último momento decidí que quería ser estrella y que todo gire a mi alrededor por una noche. Tenía lo último en invitaciones, pantalla gigante cuando no era tan común verlas, proyectando fotos de mi vida (mi corta vida de quince), y videos que estaba de moda hacer, un videoclip gracioso y cool que deje bien a la cumpleañera y que entretenga a los asistentes en las eternas fiestas.
Había fotos mías por doquier. Chiquitas y grandes y un cuadro gigante con una foto. Pocas pude elegir, porque las cámaras profesionales no eran digitales sino de rollo, y en las muestras había salido el 80% con los ojos cerrados por el flash. Freddy, mi fotógrafo (por qué todos los fotógrafos se llamaban Freddy o Charly o Willy?) para la fiesta trajo un truco para que no salir como dormida en todas las sesiones, aunque en varias cerraba igual. Esto último me traumó de por vida, es el día de hoy que si tengo una sesión de fotos aclaro que no usen flash, que siempre salgo con los ojos cerrados aunque no sea tan así.

Siempre fue competencia (aunque sana), quién tenía la mejor fiesta, el mejor salón, el mejor vestido. En qué fiesta les camuflaban alcohol a los pibes y cual no. En cual era más copado el dj o había mejor efecto. Si la comida estaba buena, si había show de pastas o de pizzas, si la mesa dulce era abundante, si el cotillón era innovador o se veía que no hubo presupuesto, si te sentabas con amigas o con tu familia.



Yo me senté con mis amigas. Hoy por hoy veo a pocas de esa mesa, aunque en ese momento eramos todas re amis. Dí velas, las quince velas. Agrupé a la gente en cada vela, escribí unas palabras para cada grupo en una cartulina fucsia, porque todos los centros de mesa y detalles de mi vestido eran de ese color. Las velas mas importantes fueron para mis padres, mis abuelos y mi hermanito, que en ese momento era una pulga.

Pero a pesar de mi fanatismo, nunca NUNCA se me ocurrió disfrazar a alguien de la Bestia para mí, era más que un lindo vestido y una historia de amor. Igual, me sentí una princesa.




viernes, 18 de mayo de 2012

Menstruañol

Me duele la panza, todo es terrible tan terrible. Los odio a todos soy una pelota, tengo una uña mocha y mi pelo es un horror.

Lo que más desearía en el mundo es comprarme unos zapatos y que te conectes al facebook. No sé que onda si me bloqueaste o qué pero no te veo conectado.

Subo frases y videos para demostrar mi dolor, para mostrar mi postura con que la vida no tiene ningún sentido.

Me conecto y desconecto para llamar la atención, pero si me hablan tardo en contestar y digo que no estaba en la compu.

Le contesto mal a las vendedoras, estoy mirando, no me molestes, es horrible esta ropa, cuando en realidad no me compro nada porque no tengo un peso.

Envidio a todas las bien vestidas que van y vienen por esta puta ciudad deseando sus zapatos, sus carteras, sus jeans.

Insulto a los publicistas que crearon la campaña de menstruañol, yo no hablo ese idioma, yo hablo español, ponele inglés, pero no menstruañol, dejen de hacer quedar a las mujeres como boludas.

Lloro y lloro y me río y lloro porque me salen solas las lágrimas y después me río me reviento un grano y lloro.

Para calmarme no necesito ni alcohol ni drogras, solo una botella de coca cola. Me tiento con un cuarto de libra que pueda saciarme. Me compro un doble cuarto de libra esperando saciedad y no, no hay nada. Me como un alfajor, nada. Me como uno, dos, tres sandwichs de miga seguidos y aún no tenemos nada. Me ducho me ducho me ducho y me vuelvo a duchar hasta que mis músculos se relajan. Bendita seas agua. No entiendo que me pasa, qué insoportable, perdón, perdonenmé, no sé que me pasa, no soy así generalmente, lo que pasa es que no sé que me pasa, bueno, en realidad creo que sí sé que me pasa.

Perdón, es que me está por venir.

miércoles, 9 de mayo de 2012


Y vas en ese colectivo que te lleva a hacer trámites, a tu trabajo, a estudiar, o en el mejor de los casos a tu casa. Dependiendo la hora vas cómodo o incómodo. Aunque vayas sentada, hay veces que viajas mal, como por ejemplo el asiento de atrás, el que no tiene nada adelante. Temes por tu vida y tus dientes, temes irte de boca al piso y decirle "Hola, qué tal?" al chofer, desde abajo, claro.
Nadie es tu amigo ahí, más bien es una guerra. Señora, tiene menos de 60, tranquilamente puede ir parada, ese asiento es mío ni bien de desocupe. El señor mayor, lo que tiene de grande lo tiene de caballero así que matanga que me levanto a darle el asiento. "A ver un asiento para la señora que tiene un bebe!", hombres que se hacen los dormidos, los que no la vieron. Señoras que critican a esos muchachos y dicen que ya no existen caballeros, pero el señor de sesentaylargos sentado ni se inmutó.
Señoras mal vestidas, señores con el pantalón muy alto. Chicas lindas que miran chicos normales de una punta a otra. Fashionistas que hacen equilibrio en sus tacos altos cuando el bondi dobla. Sporties que van al gym con zapatillas nike, calzas y la campera anudada en la cintura.
Frases en los colectivos: chistes absurdos y antiguos, noticias buenas y malas. BRUTAL ASESINATO EN GBA e inmediatamente después DISFRUTE DE SU VIAJE, carita feliz.
Hombres en traje hablando por blackberry planeando una cita o un after office. Mujeres peleando con sus maridos por nokia c3 o preguntando qué cocinar.

Chicas de treintaypico con el pelo frizzado mirando el facebook desde su smarthphone mientras una señora la mira mal, porque tiene una bolsa grande y cree que ese es el único pretexto para ocupar su asiento. Chicas como una, que se niegan a pagar 2,50 el subte, contestando mensajitos de amor, que tiene un blog y observa las acciones ajenas, hasta en los medios de transporte.


jueves, 3 de mayo de 2012

Me levanto descalza, descalza. Miro al balcón y sigo caminando, descalza. Siento el frío del piso en las plantas de los pies. Llego al balcón y siento el frío de la brisa que se siente porque es alto y hay un mar, hay un mar enfrente. Siento el viento y la brisa que me despeinan y me dan frío en los pies, también. Un frío incómodo en los pies, no tanto en el pelo o en la cabeza. Me siento en cuclillas aunque sé que hay una silla, me siento en cuclillas y mis pies quedan en puntita. Pienso en mi empeine y de pronto el frío de los pies se pasa a mis talones levantados. Un concierto de barcos y otras cosas desafinan a lo lejos.  Hay olor a mar, mar de puerto y no de playa. Olor a pescaditos. Hay containers de importación acumulados en el muelle con vaya a saber qué cosas. El cuarto es celeste, la casa es blanca. El acolchado de la cama tiene dibujos de florcitas o algo así. Es una cama cómoda, venía acostumbrada a cama no tan cómodas. La almohada es acolchonada y suave. En un rincón del balcón mi novio se toma una cerveza. Una cerveza de latita porque acá están más baratas que en Buenos Aires. El ascensor que nos lleva debajo, más al centro cerró. Hoy nos quedamos. Esta casa tiene paz y el baño está tapado. Entro al cuarto a buscar una mesita. Una mesita plegable blanca de madera, para comer en el balcón unas empanadas gigantes de mariscos y camarones. El color de mi esmalte de uñas está desquebrajado. Tengo pelos en las piernas y mis pies están quemados con marcas de la sandalia. Mi pelo no es el mejor, tengo varios kilos de más de más de los que tenía ya antes, en Buenos Aires. Uso siempre el mismo vestido y no uso corpiño, me cuesta subir escaleras y la menstruación me cambia el humor, pero estoy descalza, y nunca fuí más feliz.


lunes, 2 de enero de 2012

Egoísmo

Quería hacer un balance del año pasado pero por problemas técnicos con el blog no pude hacerlo, y la verdad que hacerlo cuando ya es el año nuevo no tiene sentido. Lo único que quiero decirles es gracias a los que me leen, los nuevos, los viejos, los conocidos. Fue un 2011 sumamente positivo y espero que el 12 sea mucho mejor, brindo por eso!. Ahora sí, sigamos con el blog.

Egoismo



Todos decían como era. Que era insoportable, que era egoísta, mala gente. Ella no lo creía. Lo veía bueno, dentro de todo. Un poco pesado quizás, un poco egocéntrico quizás, pero egoísta y mala gente, nunca. Ella le creía todo lo que le decía. Creía sus aventuras, sus consejos. Creía que en algún momento iban a estar juntos sin esconderse.

Una noche como tantas otras salían, bailaban, tomaban. Se escondían para darse besitos en el baño o en la vereda. Eran casi adolescentes, ella estaba feliz con esos jueguitos sin darse cuenta que en realidad, la ocultaba. Esa noche no fue la excepción. Se fueron juntos, claro que no "juntos" sino que primero salió uno y luego el otro. Se encontraron en la esquina. Juntos tomaron un taxi, en el taxi se besaron bastante, tanto que no dieron mucho tiempo a la charla. En un momento que se separaron, ella sintió algo raro, como que se había sentado arriba de algo. Metió su mano por debajo de su cola y encontró un iphone. Creyó que era de él, claro, el es de la generación bananas con smartphones, así que se lo dió diciendole -como pudo- algo así como: "se te cayó el iphone.. la próxima me lo quedo". Él la miró sorprendido, agarró el celular y lo escondió. Claro, tenía experiencia en esconder cosas. Llegaron a su departamento piratón y mientras subían le dijo al oído que no era suyo, que ella lo había encontrado en el taxi, ella se lo pidió pero èl no se lo quiso devolver. En lugar de seguir besádose y pasar a otros placeres, se quedaron vario rato revisado el aparatejo: los mensajes, las fotos, etc. Intentó adornarla y halagarla haciéndole creer que ella es así, tiene otro nivel, que no se encuentra un nokia 1100 ni un alcatel trucho, se encontró un Iphone, ese celular que ella siempre anhelo pero no tenía los recursos -que el sí tenía- para comprarselo. Aún así, se lo quedó. Prometió devolverlo a su dueño o venderlo y donarlo a alguna entidad de niños. "¡Qué buena gente es!" pensó ella, cansada de escuchar a otros hablar sobre su maldad cuando en realidad no le importa la plata, ni la tecnología,  ni nada de eso. Se fue a su casa tranquila, porque el hecho no iba a trascender ni tenía que dar explicaciones de dónde lo sacó, de quién era, y no iba a cargar con la culpa. Él se iba a encargar de eso, él iba a llevar esa mochila y se iba a hacer cargo de lo que sea necesario para encontrar al dueño de ese celular o hacerlo pan para los carenciados.
Era su ídolo. Arriesgarse de esa manera por ella le hizo pensar que era el momento de dar el paso, de llevar la relación a un plano más, el momento de dejar de esconderse con sus amigos y el mundo, el momento del amor.

Hasta que él empapeló el facebook, twitter y toda red social con su foto con dos celulares -el de él y el perdido-, se acreditó haberlo encontrado, y se lo vendió a un amigo.
Ella no dijo nada, claro, porque a diferencia del iphone, estaba a escondidas.