martes, 16 de noviembre de 2010

Tienes un e-mail

Mi primer mail fue en uolsinectis, me lo dieron una vez que fuí al abasto. Mi contraseña era 123456. Con ese mail empecé a chatear en la página de elsitio.com. Nunca me voy a olvidar de la primer conversación que tuve con un tal "Alejo". Empecé a hablar con él solo porque se llamaba como el papel que Facundo Arana hacía en chiquititas. Le siguieron los chat de Mirc, en el grupo de chiquititas, de amigos. Muchos amigos fueron de ahí. Hasta que llegó AOL. Los cds que repartían como novedad en todos lados, esos que de tantos y tan gratis se podían hacer móviles y adornos, o se podían escribir nombres y GIRL POWER, que estaba tan de moda en esa época. Conectarse a AOL era una experiencia maravillosa. Si ponías tu nombre te decía Hola, te decía si tenías un email y te hacía deprimirte si no te decía que lo tenías. AOL está en una película y toda minita creía que si instalaba ese cd, Tom Hanks le iba a escribir, pero no, solamente te escribían pedófilos o púberes iguales a vos.
Era sorprendente y arriesgado encontrarse o conocer alguien por internet. Al comienzo estaba el miedo de que te maten o te violen o te roben o te manden a trata de blancas. Pasó el tiempo, muchos encuentros concretados, muchos que no llegaron a concretarse. Contactos en otros países, de otras edades, contactos subidos de tono, otros no tanto. Y hoy, que parece tan fácil y que hay miles de posibilidades de contacto y comunicación, es cuando estamos más alejados.
Tomás, por ejemplo, era de esos chicos con mucha afinidad con el sexo femenino. Ojo, afinidad en el sentido de amistad. Tomás tenía varios kilos de más, el pelo largo hasta un poco más debajo de los hombros con rulos que odiaba. Daba buenos consejos a todas sus amigas, criticaba a todos los hombres con los que ellas salían y era mejor que cualquier psicólogo. Tomás era el hombre perfecto, pero no.
Tomás es muy cibernético. Adicto a las redes sociales, tiene amigos de foros en distintas partes del mundo. Le gustan mucho los musicales, y siente cierta atracción por las chicas orientales. Es capaz de hacer cualquier cosa por ayudar a una de sus tantas amigas. No soporta que los hombres se porten mal con ellas. Por eso, en una de sus tantas venganzas comenzó a hablar… o “chatear” con él, con Luciano, el ex de su amiga Victoria, a quien solo conocía de nombre, de historias y de alguna que otra foto. Durante un tiempo incalculable, el único entretenimiento de Tomás, fue chatear con Lautaro.


Es posible enamorarse de alguien que no se conoce?

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